La Célula Comunista

                                                           por  Xavier Mir

                                                        Foli Centre d’Estudis

Resumen

Las células eucariotas conforman el ladrillo de todos los seres pluricelulares. El nacimiento de esta clase de células se dió al combinarse los materiales genéticos de una bacteria (mitocondria) y una proto-eucariota. Es el mayor logro evolutivo de la historia, el que permite la vida macroscópica tal y como la conocemos. En este artículo demostramos que el nacimiento de las eucariotas, visto desde la perspectiva de los procesos de producción y distribución de energía que ejecutan los dos agentes involucrados (mitocondria y célula hospedante), deben ser entedidos como procesos comunistas.

El constructo darwinista de la lucha por la supervivencia como explicación del estado natural de las cosas, que en la sociedad humana se transforma necesariamente en la libre competencia, es ampliamente aceptado y utilizado por los neo-liberales como argumento para reforzar la idea del mercado eficiente por causa de lo natural de las relaciones de producción y distribución en libre competencia.

Engels aceptó que los estados socialistas no eran causa natural de la biología. Así que propuso que serían el resultado artificial por el que los humanos se elevarían por encima del reino animal.

Los constructos de la profesora Lynn Marguilus y el profesor Nick Lane sobre la conjunción entre la mitocondria y su hospedera  proto-eucariota nos permiten establecer que, de haberlos conocido, Engels habría defendido que el socialismo no es un artificio de los humanos sinó un proceso natural contenido en la misma estructura básica que modela todos los seres pluriceculares.

Propósito: Este artículo pretende examinar el nacimiento de la célula eucariota, y con ella el nacimiento del sexo, desde el punto de vista del proceso productivo marxista.

Diseño/Metodología/Lente: El artículo dibuja una visión sobredeterminística según Althusser (1967: 171 nota 46, 1993) del objeto a estudiar. Siguiendo el proceso epistemológico del Pensamiento Complejo propuesto por Morin.

Hallazgos: La investigación desvela que los procesos de producción y distribución de los agentes involucrados en la célula son de la clase comunista, desde la perspectiva marxista.

Limitaciones a la investigación: No se ha dado otra limitación que la impuesta por la capacidad cognitiva del autor. La investigación se basa en modelos biológicos, filosóficos y económicos que todo el mundo conoce, este papel tan solo los ha conectado.

Implicaciones prácticas: El potencial del constructo de la célula comunista como argumento en contra de la necesaria naturaleza de la libre competencia deberá servir para promover el tan necesario pensamiento crítico para con los constructos de la economía neo-clásica/neo-liberal. Es, además, un refuerzo para la metodología marxista de análisis de las formaciones sociales que deberá servir de punto de partida para el análisis de la conexión entre el estudio de clases y otros sistemas orgánicos además de las células.

Originalidad/Valor: Esta investigación sigue la tradición de conectar biología y economía. Pretende ser una aportación a la economía ecológica desde el estudio de lo micro.

Palabras clave: célula comunista, sexo, marxismo, evolución, lente, clase.

 

Introducción

Como explica Robert M. Young en «Evolución, Biología y Psicología desde un punto de vista Marxista», Marx escribió una carta a Engels en 1862, en los siguientes términos: ‘Es remarcable como Darwin reconoce que las bestias y plantas ayudan a explicar su sociedad, Inglaterra* (*Marx se refiere la sociedad inglesa de la época de Darwin), con su división del trabajo, competitividad, apertura a nuevos mercados, “invenciones”, y la Malthusiana “lucha por la supervivencia” ’ a lo que Engels contestó, ‘Darwin no sabía cuán amarga sátira escribió sobre la humanidad, y en especial sobre la gente de campo, cuando mostró que la competitividad libre, la lucha por la existencia, que los economistas celebraron como el mayor logro de la historia, es el estado normal del reino animal’. A lo que añadió que solo una ‘consciencia de la organización de la producción social’ podría elevar a la humanidad sobre el mundo animal (Engels, 1873-86, pp. 35-6).

Parte 1: Historia de la vida

Iniciaremos nuestro viaje remontándonos hasta hace unos cuatro mil quinientos millones de años (4.5 Giga años o 4.5 Ga). La Tierra se acababa de formar y no existía vida.

Hace unos 3.5 Ga, actuó lo que Bernatsky bautizó como una fuerza geológica: la vida. Ciertas moléculas, entre las que se encontraban el calcio, agua y fosfatos se conjugaron bioquímicamente, resultando una estructura de moléculas autoreplicables. Había nacido el primer material genético bajo la forma de bacterias.

Según la profesora Lynn Margulis, las características que debe reunir un organismo para considerársele vivo son dos, capacidad de replicarse y cierta autonomía de movimiento. Esa estructura que crecía, nadaba en busca de energía y se replicaba, fue la primera célula. Una célula es un sistema de varios elementos entre los que se diferencia el material genético y la membrana que lo aísla del exterior.

Paréntesis

Llegados a este punto vale la pena detenerse en acordar qué significan en el contexto del presente artículo dos herramientas fundamentales para su entendimiento:

1.- El Punto de vista, Marco de referencia, Prisma o Lente, bajo los que iremos examinando las distintas etapas de nuestro camino deben entenderse en los términos en que lo conceptualizan Herbert A. Simon, Egar Morin y Karl Marx entre otros. Así, el Punto de vista es una herramienta muy útil para apreciar sistemas complejos en un intento para comprenderlos y poder establecer predicciones respecto a su comportamiento futuro. Cabe esperar que cualquier modelo que pretenda representar una realidad, nunca genere una percepción completa en la mente humana, pero sí una impresión útil. Para una mejor aprehensión de un sistema complejo, probablemente será más útil  un acercamiento desde varias Lentes.

2.- Las Clases, deben interpretarse como el resultado de clasificar, esto es, ordenar elementos atendiendo a ciertas características diferenciadoras que se valorarán bajo cierta Lente. En este artículo se utilizan la lente marxista de clases y la lente de la evolución darwinista para examinar ciertos procesos evolutivos  celulares.

Parte 2: ¿Por qué la mitocondria se funde con una protoeucariota?

Una vez hemos acordado cómo utilizar estas dos hermosas herramientas, podemos proseguir.

Hace unos 2 Ga, según cuenta el profesor Nick Lane (Life Ascending: The Ten Great Inventions of Evolution (Norton/Profile 2009)), surgió un segundo grupo de sistema vivo, las células proto-eucariotas, que convivieron durante millones de años con las procariotas.

Bajo el punto de vista de la estructura, la clase eucariota se diferencia de la procariota en que la primera recubre su material genético con una endomembrana, mientras que las bacterias y las arqueas tienen el nucleótido en contacto con el resto de elementos de su sistema, en el citoplasma. Las proto-eucariotas tenían un núcleo en el que atesorar su ADN.

Bajo la lente del tamaño, las eucariotas son de la clase muy grande en comparación con las proto-eucariotas. Hay eucariotas, como el huevo de avestruz, que se estiman cien mil veces más grandes que ciertas procariotas.

Desde el marco de la eficiencia energética, según propone el profesor Lane, el aumento de tamaño en una proto-eucariota o una procariota se veía muy limitado debido a que la forma de conseguir energía pasaba por respirar a través de la membrana externa. Si se duplica el tamaño de una procariota o una proto-eucariota se obtiene la mitad de superficie de la membrana respecto al volumen de la célula, dado que toda la energía se genera en la superficie, es la mitad de eficiente energéticamente. Así que para obtener una célula realmente grande se necesita un sistema de suministro de energía interno.

Parece que hace unos 2 Ga, una proto-eucariota consiguió ese suministro de energía interno deglutiendo una clase de bacteria llamada mitocondria. Según la profesora Lynn, el comportamiento de depredación sólo se daba entre las eucariotas. Lo extraordinario de ese caso fue que la bioquímica de ambas células fue compatible, por lo que permaneció como unión estable hasta nuestros días. El reino animal y vegetal,   con la salvedad de bacterias y arqueas, está compuesto exclusivamente por células eucariotas de esta clase, organizadas, normalmente, en sistemas pluricelulares.

Parte 3: ¿Por qué la mitocondria es tan importante?

Desde la perspectiva funcional, las mitocondrias cumplen objetivos importantísimos para la célula, por un lado son sus pulmones, los que la permitieron crecer sin perder eficiencia energética, por otro facilitan la división, como forma de replicar el material genético, y por otro controlan el proceso de apoptosis o suicidio celular. El proceso de apoptosis o suicidio es el que, por ejemplo, provoca la desaparición de los tejidos precisos para la formación de los dedos en un feto. Otra forma de verlo es como el proceso que inhibe la aparición del cáncer. Entonces la mitocondria es la responsable de un complejísimo sistema y debe trabajar muchísimo en tareas muy complejas como la respiración, la división, la apoptosis y otras. Sin su propio genoma no podría gestionar convenientemente su trabajo.

Desde el punto de vista reproductivo, los genomas se replicaban de dos formas, mediante reproducción asexual por bipartición o fisión binaria donde el material genético y el citoplasma se dividen para que la célula se parta, y la reproducción parasexual, donde mediante proceso de conjugación, transdución o transformación se da un intercambio de ADN para obtener variabilidad genética  y facilidad de adaptación a ambientes cambiantes.

Nótese que este tipo de replicación consiste en pasar de tener un individuo a tener varios, por tanto es la antítesis de la reproducción sexual, donde de dos individuos pasamos a tener un tercero distinto a su origen.

Parte 4: Una explicación plausible para el origen del sexo.

Una teoría sobre la aparición de la reproducción sexual se basa en la existencia de la mitocondria, con su material genético clamando por replicarse, como explica perfectamente el constructo del gen egoísta del profesor Richard Dawkins.  La mitocondria puede replicarse pocas veces dentro de la célula eucariota, por un puro problema de espacio.

Pero hay más, si el núcleo de la eucariota se daña, la mitocondria tiene mecanismos bioquímicos para dirigir a la célula en búsqueda de otra para fusionarse y así replicar todos los genomas involucrados, dos por célula. Y así viene a explicar el profesor Lane lo que es una hipótesis plausible para el origen del sexo. El sexo es una buena solución al problema de espacio para la replicación de las mitocondrias y para la fiabilidad del material genético involucrado.

Parte 5: El concepto marxista de clase, primera aproximación

Teniendo en cuenta lo anterior, reconstruiremos la historia desde una perspectiva marxista. Los profesores Richard Wolff y Stephen Resnick (Economics: Marxian versus Neoclassical (1987)) proponen que el marxismo es una herramienta muy útil para examinar las formaciones sociales. Uno de sus puntos de partida es el valorar clases de individuos entre los que trabajan, los que no trabajan, y los que deciden sobre cómo se distribuye el excedente que siempre genera el que produce. Este es uno de los paradigmas del pensamiento de Karl Marx. Nosotros intentaremos probar que también se adecúa como aproximación a la historia evolutiva. Llegados a este punto cabe señalar que la consciencia o inconsciencia de los agentes respecto a sus actos no invalida este análisis.

Parte 6. ¿Quién trabaja, qué se produce y cómo se distribuye el producto entre los agentes de las células eucariotas?

Antes de juntarse, las proto-eucariotas y las procariotas, debían trabajar (moverse para alimentarse, respirar…) para procurarse energía, y con el excedente de esa energía, dividirse para replicar su ADN o ARN. En la teoría marxista podríamos identificar estas células como la “clase para sí”. La clase para sí, se corrresponde con aquellos productores, que podemos ver en nuestra sociedad en la persona de los profesionales liberales, por ejemplo, y de los que hay cientos de ejemplos durante la historia del hombre, que deciden sin inferencia externa qué hacer con el resultado de su proceso productivo.

La primera bioquímica del amor, según Eduard Punset, creó la dependencia entre la mitocondria y la eucariota, así la primera pasó a gestionar moléculas e información para producir un sobrante que permitiera a la anfitriona, seguir viva al proporcionarle más energía de la que consumía y obtener servicios extraordinarios como el control de la división celular o la apoptosis. Dichos procesos desarrolla la mitocondria (con su correspondiente gasto energético) y con ello se asegura protección frente al medio y diversidad en la transmisión de su material genético. Así podemos ver la estructura celular que nos sostiene a todos los seres vivos pluricelulares como una conjunción de esfuerzos productivos entre dos agentes que producen superávit, cuyo resultado se distribuye sin inferencia de un tercer agente que se apropie de ese excedente. Recordemos que la mitocondria, entre otras importantísimas funciones, procesa las moléculas que nutren a la célula y las transforma en energía, una parte de esta energía es consumida por ella y otra parte la distribuye a la anfitriona. La anfitriona, por su parte, trabaja en procesos como la defensa de la integridad física de ambas, la captación de nutrientes o la búsqueda de material genético compatible que distribuye en parte a la mitocondira.

Parte 7: La célula comunista

Podemos, pues, observar dos entidades que producen más de lo que precisan y  distribuyen el bien común sin que subsista la explotación por ninguna de las partes. Bajo el punto de vista marxista nos encontramos ante un sistema de distribución comunista. Cabe señalar que el sistema comunista implantado por los soviets, chinos, y otras clases geográficas, consiste en que el excedente de producción se distribuya por una clase distinta a la que lo genera, exactamente como sucede con el capitalismo, nada tiene eso que ver con la concepción marxista de comunismo, sistema en que todos producen y se reparten el bien común, como hemos demostrado que sucede en todas las células eucariotas y por tanto en el ladrillo de nuestros cuerpos. Estos cuerpos, pues, pueden verse como el resultado del primer proceso comunista en la biología, que entre otras cosas desencadenó el sexo.

Parte 8: Altruismo y Lucha por la supervivencia

Robet H. Frank de la  Cornell University, y columnista del New York Times, en su libro (The Darwin economy (Princeton University Press (15 de agosto de 2011)) argumenta que la teoría de la evolución de Darwin por selección natural y lucha por la supervivencia describe mejor el comportamiento de los mercados que el trabajo de Smith.

Los neoliberales como Frank, basándose en el principio de la lucha por la supervivencia, consideran que los procesos altruistas deben analizarse buscando el beneficio que siempre debe existir para el agente altruista, destruyendo así el sentido de dar sin recibir nada a cambio. Ello se debe a que la economía neo-liberal es un caso de análisis sistémico reduccionista. El proceso deductivo seguido por los economistas clásicos, reduce los elementos a analizar a causa y efecto (algo determina lo otro), sin que quepa una visión sobredeterminística del sistema (algo determina y es determinado por lo otro). Esta reducción promueve preguntas como ¿cúal es la tarea que maximiza la utilidad, beneficio o ganancia del altruista? Ello explica porqué los neoliberales no creen en el altruismo.

Si analizamos el altruismo desde la lucha por la supervivencia con una lente sobredeterminística, fácilmente podemos ver que la noción de beneficio para el altruista no invalida el hecho de dar sin recibir. Lo que recibe puede verse como la gratificación de sentir que el otro está mejor, o dejar de sentirse mal por ver mal al otro pudiendo hacer algo por solucionarlo. En esta perspectiva la pregunta ¿cómo se maximiza el beneficio del altruista? no tiene sentido, y sí lo tiene el concepto de altruismo.

Si analizamos el altruismo desde la perspectiva marxista de las clases y el análisis de pensamiento complejo de Morin, podemos afirmar que en la célula se produce un bien común (otro concepto que la escuela económica no marxista tiende a diluir) y es distribuido altruísticamente (sin pretender responder a cuestiones como ¿qué beneficio se recibe por ello?) sin que medie un proceso de expropiación del superávit generado por los agentes productores.

Este es otro ejemplo de la utilidad de las lentes, del pensamiento sobredeterminístico y de analizar con esos paradigmas la conexión entre la biología y la economía. Nuestras células comunistas son uno de tantos casos en que el estudio de la naturaleza se puede combinar para generar modelos parciales y entendibles de cierto fragmento de la realidad, en este caso la economía de formaciones sociales humanas.

Este estudio sugiere que podemos analizar otras estructuras biológicas con la herramienta marxista. Así, podremos modelizar procesos económicos comparándolos con los procesos seguidos entre las distintas clases de células en los humanos u otros animales o vegetales, los procesos de producción y distribución seguidos por distintas especies de primates e insectos, etc. Enriqueciendo así el campo transdisciplinar de la economía ecológica para que no se ciña tan solo al macro sistema natural y también abarque microprocesos. Nos espera una tarea de los más emocionante.

 

 

Bibliografía

En construcción

Robert M. Young en «Evolución, Biología y Psicología desde un punto de vista Marxista»

Bernatsky

Lynn Margulis

Althusser (1967: 171 nota 46, 1993)

Herbert A. Simon

Egar Morin

Karl Marx

Nick Lane (Life Ascending: The Ten Great Inventions of Evolution (Norton/Profile 2009)

Richard Dawkins

Richard Wolff y Stephen Resnick (Economics: Marxian versus Neoclassical (1987)

Robet H. Frank de la  Cornell University, y columnista del New York Times, en su libro (The Darwin economy (Princeton University Press (15 de agosto de 2011)

 

Sendas entrevistas de eduard Punset a los profesores Lynn Margulis y Nick Lane:

http://urchil.blogspot.com.es/2008/01/entrevista-de-punset-lynn-margulis.html

http://www.rtve.es/tve/b/redes2007/semanal/prg395/entrevista.htm